Estas raíces están profundamente arraigadas en nuestro pueblo, a pesar del secularismo que nos invade, expresándolo de modo admirable en nuestro folklore con un canto, que además es profesión de fe y y una invitación:
- un canto: "Cantemos al Amor de los amores"
- una profesión de fe: "Dios está aquí"
- invitación: "Venid adoradores, adoremos a Cristo Jesús"
La presencia del Emmanuel, no sólo es un misterio de fe, si no que es prenda de la esperanza y fuente de amor, de y para Cristo y nuestros hermanos.
Por eso ante Él nos preguntamos ¿qué tenemos que hacer? y la respuesta nos la dio Cristo , participar de Él en el misterio de la Eucaristía (Tomad y Comed ...), hablar con Él regularmente en el Sagrario, dónde haremos el "ad oratio" romano (conversar), que nosotros conocemos como "adoración" dónde aprenderemos escuchándole; y fortalecidos con su Cuerpo e iluminados por la adoración, lanzarnos al mundo como testigos de Su amor, transmisores de su Evangelio salvífico.
En todo este periplo, no olvidemos el saber acompañarnos de María, Mujer Eucarística, al ser la primera en compartir en Cuerpo y Sangre al Hijo de Dios.
Daniel Valera Hidalgo
Director Espiritual