miércoles, 12 de agosto de 2009

Mi trigésimo aniversario


Hoy 11 de Agosto de 2009 conmemoro el 30º aniversario de mi Primera Comunión, que fue celebrada en la Capilla del Monasterio de La Rábida por D. Ildefonso Fernández Caballero.
Es una fecha digna de recordar para todo cristiano, celebrar cuando se recibe a Jesús Sacramentado por vez primera.
Os invito a que recordeis en familia dicha fecha, y a orar en agradecimiento al Santísimo por ello.
Un saludo y que celebremos el sexagésimo aniversario juntos.

sábado, 8 de agosto de 2009

Monumento Semana Santa 2009


De izquierda a derecha: D. José Mª Bartolotti Pinto, Dña. Mª de los Ángeles González del Corral Oporto, D. Daniel Valera Hidalgo (nuestro Director Espiritual) y D. Pedro Herves Millán.
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jueves, 6 de agosto de 2009

Apunte Histórico de la Eucaristía


1.- La Eucaristía como"Sacramento permanente".

La Eucaristía es denominada el "sacramento permanente" en cuanto los elementos del pan y el vino permanecen-según San Justino- "eucaristizados". Este pan eucaristizado, reservado tras la celebración del Santo Sacrificio, es el Santísimo Sacramento, Misterio Eucarístico y presencia real de Cristo crucificado y resucitado.
Misterio Eucarístico es la expresión que emplean los documentos del Magisterio del Concilio Vaticano II, con el que se refieren a la Eucaristía en toda su integridad: es decir la continuidad entre el momento celebrativo- la Santa Misa- y el contemplativo -el culto eucarístico fuera de ella. "La adoración de la presencia eucarística, es simultáneamente introducción a la celebración y fruto de la misma"(1). El Santísimo Sacramento reservado en el sagrario es un tetimonio de que allí se ha celebrado el Memorial del Señor. De ahí que el culto de adoración a la Eucaristía fuera de la Misa haya que comprenderlo en el conjunto de todo el "Misterio Eucarístico"(2).






2.- Apunte Histórico

La presencia del Cuerpo y Sangre de Cristo en la Eucaristía, fue enunciado por Jesucristo, testimoniado por los Evangelios y San Pablo, transmitido en el periodo Patrístico y acogido en la tradición de la Iglesia como verdad de fe, pese a muchas dudas que cesaron tras el cocilio de Trento. Pero la concepción de la celebración eucarística de los primeros siglos difiere mucho de la que en la actualidad disfrutamos, pese a que la verdad fue, es y será. ¿Cómo y por qué se modifican las fórmulas y forma de la celebración?
Remontándonos a la primera Eucaristía, observamos que su finalidad no es la adoración del Santísimo Sacramento ni la conservación de las sagradas especies tras la celebración, si bien tampoco se puede decir que dicha adoración sea el eje central de Cristianismo, en cuanto a expresión de Amor de la Iglesia hacia Cristo. Su trascendencia radica en que como "Cristo iba a dejar a los suyos bajo su forma visible, quiso darnos su presencia sacramental", para "que tuviéramos el memorial del amor con el que nos había amado hasta el fin"(3).
Durante los primeros siglos, la Eucaristía era adorada públicamente, pero sólo durante el tiempo de la Misa. La conservación de la Hostia sagrada estaba prevista para llevar la Comunión a los enfermos y ausentes.
Progresivamente va apareciendo la necesidad del culto a la presencia de Cristo; en oriente se guardan las especies en anexos a los santuarios llamados sacrarium, responsabilidad de los diáconos. En occidente, el templo se convierte en una casa para la oración a parte de para la liturgia y, al no existir sagrarios como tales sus oraciones se volvían hacia el altar, símbolo del sacrificio del Señor. Tras la Regla monástica de San Fructuoso de Braga, en la Iglesia occidental se potencia la necesidad de intimar con Jesucristo, de una búsqueda de la Humanidad Santísima del Salvador, que desempeñó un papel fundamental en la evolucion del culto eucarístico, en el cual la alabanza y oración se dirige a Dios a través de su Hijo (4) . En oriente, satisfacen la necesidad de adorar la presencia de Cristo por medio de los iconos.
La evolución del culto eucarístico, seguido en occidente, se ve decisivamente influenciada por los errores de Berengario de Tours, que interpretó de una forma simbólica, y no real, la presencia de Cristo en el altar, lo que le valió que en los diez siguientes años, se celebraran una docena de concilios para penarle e imponerle profesiones de fe.(5)
Pero ya los monjes del cluny habían dado un paso más, y comenzaron a reservar las especies consagradas y a encender una luz cerca el lugar dónde se conservaban. En el siglo IX la cajita-capsa- que contenía la Hostia Sagrada comenzó a colocarse en el altar, con lo que comenzaron a cuidarse las formas y de capsa se pasó a cofres, torres y palomas eucarísticas-columbarium, cofres suspendidos tras el altar y por encima del mismo- y a partir del concilio IV de Letrán (1215), se exige que la Eucaristía quede guardada bajo llave para evitar profanaciones.(6)
Tras el concilio de Trento a mediados del s. XVI, se impuso el colocar la reserva en la parte central del altar (movimiento impulsado por el obispo Matteo Giberti y San Carlos Borromeo).(7) Esta nueva disposición se extendió rápidamente, pero en aquellos templos grandes e importantes quedaba relegada a una capila absidial o lateral. Es el Barroco el que retoma la importancia de la reserva, trasladando los sagrarios al altar mayor, para así posibilitar las adoraciones prolongadas de los fieles, costumbre que no se extendió hasta mediados del s. XIX.
A modo de apuntes, relaciono otros aspectos relacionados con la Eucaristía celebrativa y contemplativa a lo largo de la historia: (8)

- s. XII: se introduce en el rito de la Misa la elevación de la Hostia consagrada.
- s. XIII: se acrecienta la afluencia popular a las procesiones del Corpus Christi.
- s. XIV: se consolida el uso del ostensorio en la exposición de la sagrada Hostia.
- s. XV: el Santísimo es expuesto durante la recitación de las Horas Canónigas.
- s. XVI: se afirma la práctica de las "Cuarenta Horas"(en memoria de las 40 horas que pasó el Señor en el sepulcro).
- s. XVII: se erige un tabernáculo sobre el Altar Mayor




Elevación de las especies consagradas por el Exmo. y
Rvdmo. Sr. D. José, Obispo de la Diócesis de Huelva
en los Oficios del Jueves Santo 2009



3.- Adoración y Contemplación Eucarísticas.

"La oración ante la Eucaristía, reservada o expuesta solemnemente, es el acto de fe más sencillo y auténtico en la presencia del Señor resucitado en medio de su pueblo. Es el reconocimiento del señorío de Cristo en la historia bajo el velo material de las especies (...) . Es la fe hecha adoración y silencio (...).
Es ahí donde el discípulo bebe del celo del Maestro por la salvación del hombre; donde declina sus juicios para aceptar la sabiduría de la Cruz; donde desconfía de sí para someterse a la enseñanza de quien es la verdad; donde somete al querer del Señor lo que conviene o no hacer en su Iglesia; donde examina sus fracasos, recompone sus fuerzas y aprende a morir para que otros vivan. Adorar al Señor es reconocer que ni el que planta es algo ni el que riega, si no Dios que hace crecer (...) que al enviar a su Hijo al mundo nos dio al Apóstol y Sacerdote de nuestra fe"
Cardenal Rouco Varela.

Bibliografía
1.- Comité para el Jubileo del año 2000. Eucaristía, sacramentp de vida nueva, Madrid 1999.
2.- F. MARIA AROCENA. Contemplar la Eucaristía. Ediciones Rialp S.A., Madrid 2000. p. 24.
3.- Catecismo de la Iglesia Católica, 1380.
4.- El II Sínodo de Hipona (397) en presencia de San Agustin, había dispuesto en el canon 21:"Cuando se está en el altar, la oración se dirija siempre a Dios Padre".
5.- Para Berengario de Tours, Cristo se halla en el altar como un signo o un símbolo, pero no en su realidad y verdad. (cfr. DS 690 y 700).
6.- MANSI, 22, 1007. Ya en el s. XIII, Eudes de Sully, Obispo de París, había prescrito: "El Santísimo Cuerpo de Cristo debe custodiarse con sumo cuidado y honestidad en la parte más noble del altar, bajo llave si es posible"(Cfr. Estatutos sinodales de París nº 21, ed. O. Pontal, Les Statuts synodaux francaise du XIII siecle, Bibl. Nationale, París 1971 p. 60). En la actualidad, el canon 938, 5 del CIC(1983) prescribe: "Quien cuida de la Iglesia u oratorio ha de proveer a que se guarde con la mayor diligencia la llave del sagrario en el que esta reservada la Santísima Eucaristía".
7.- Cfr. G, MUSANTE, De tabernaculo eiusque ornatu, en "Ephemerides Liturgicae", 70 (1956) p. 256.
8.- F. MARIA AROCENA, Contemplar la Eucaristía, ed Rialp, Madrid, 2000. p. 30.